El último sueño de Cristian: La Renga y el homenaje de una madre en Comodoro Rivadavia
Marcela Alejandra Galleguillo cumplió el deseo de su hijo fallecido. El emotivo encuentro con la banda de la que era fanático
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Cristian Marco Andrés Landero, un joven de
Comodoro Rivadavia, llevó a lo largo de su vida una pasión irrefrenable: la música de
La historia de Cristian está marcada por la lucha constante contra una enfermedad que lo acompañó desde pequeño. “Tenía una inmunodeficiencia común variable, por lo que debía aplicarse gamaglubolina cada 28 días”, relató su madre, Marcela Alejandra Galleguillo, a través de un video compartido por ADN Sur. con una fortaleza teñida de tristeza. Sin embargo, a pesar de esta condición, Cristian vivió su vida con normalidad, hasta que en 2022 su salud se deterioró. Tras meses de estudios y diagnósticos, en diciembre de ese año llegó la noticia: leucemia.Cristian peleó con fiereza. En marzo de 2023, su cuerpo se debilitó por una neumonía bilateral, pero incluso entonces, su espíritu luchador lo mantuvo consciente durante semanas, compartiendo valiosos días con su familia. “La vida me lo dio por 30 años”, recordó su madre con la voz quebrada. “Tuve la dicha de ser su mamá y pelear a su lado esta enfermedad”, destacó.Entre las batallas, las tristezas y las esperanzas, había algo que mantenía a Cristian anclado a la vida: La Renga. Asistió a su recordado show en el Estadio de Huracán, vibrando con cada nota, fascinado por la energía de su banda favorita. Sin embargo, la vida no le permitió cumplir su mayor anhelo: volver a verlos en vivo en su propia ciudad.Marcela, al narrar su dolorosa travesía, compartió un deseo que la acompañaba desde la partida de su hijo: “Me encantaría que ustedes, los integrantes de La Renga, pudieran firmar una foto y una remera que le hicimos en su momento. Así podría llevárselas al cementerio y dejarlas en su nicho”, pidió con la voz cargada de nostalgia y amor. Cristian, a pesar de no estar presente físicamente, seguía siendo el motor de su madre y su familia.“Abrazar a Chizzo, a Tete, al Tanque... fue como abrazar a mi hijo”, expresó Marcela, visiblemente emocionada. “Lo que sentí fue increíble, un parche para mi corazón y para mi Cristian, sobre todo”. La cercanía de la banda, su calidez y humanidad, le dieron a ella un momento de consuelo, un instante en que el dolor se transformó en gratitud.
La banda, conmovida por la historia, firmó la foto y la remera, cumpliendo con el último pedido de Cristian. Para ellos, fue un gesto de humanidad y conexión con un fanático que los había acompañado desde la adolescencia, un joven que encontró en su música no solo una banda sonora, sino un refugio.