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15 de Mayo de 2025
18 de febrero de 2023
La Justicia tomó esa decisión sobre Álvarez González y solicitó al Servicio Penitenciario Federal la elaboración de una serie de informes socioambientales para evaluar si el recluso está en condiciones de ser excarcelado. Bagnato, el único sobreviviente del hecho, aseguró que "no podría vivir tranquilo" si eso sucede.
La siguiente es la cronología de la “Masacre de Flores” y la situación judicial del único condenado por el hecho:
- 28 de enero de 1994: La familia Bagnato recibe por última vez una amenaza por parte de Fructuoso Álvarez González, quien reclamaba por una deuda de 180.000 dólares. Ante las constantes intimidaciones de Álvarez González, José Bagnato había radicado varias denuncias por amenazas en la comisaría 38 de la Policía Federal.
- 17 de febrero de 1994: Fructuoso Álvarez González irrumpe en el domicilio de los Bagnato e incendia la casa. Por el ataque fallecen José; su esposa, Alicia Noemí Plaza; sus hijos Fernando y Alejandro Bagnato, y a Nicolás Borda, un vecino del barrio que se había quedado a dormir. El hijo mayor de la familia, Matías, escapa.
- 21 de febrero de 1994: Álvarez González es capturado cuatro días después de la masacre.
- 10 de noviembre de 1995: el asesino es condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 12 a prisión perpetua
- 4 de marzo de 2004: trasladan al homicida a una cárcel de Madrid, luego de que éste recurra a un tratado entre Argentina y España (Ley 24.036), el cual permite a un extranjero a completar una condena en su país de origen, siempre que acredite vínculos familiares en esa nación y se haya hecho cargo de las costas del juicio.
- 22 de noviembre de 2008: el autor de la “Masacre de Flores” es liberado por los tribunales españoles, los cuales convirtieron la condena a perpetua en una sentencia de 20 años de cárcel, el equivalente en aquel país a nuestra pena máxima. Debido a que la Justicia española anotó por error la fecha del crimen en 1990, en vez de 1994, le permitió a Fructuoso ganar 4 años y pedir la libertad condicional.
- 8 de diciembre de 2008: Álvarez González regresa a Buenos Aires.
- 14 de julio de 2011: el juez de Ejecución argentino Axel López ordena la recaptura de Álvarez González tras descubrir las irregularidades en su liberación.
- 4 de diciembre de 2011, Álvarez González es detenido por agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) durante un allanamiento en una casa en Tortuguitas donde tenían el dato que se escondía. Lo encontraron en un falso techo.
- 11 de mayo de 2018: La Cámara de Casación Penal rechaza un pedido para que Fructuoso Álvarez González sea expulsado del país.
- 1 de febrero de 2022: La defensa de Fructuoso presentó un pedido a la justicia para que se fije la duración exacta de su pena.
- 4 de abril de 2022: El Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1, a cargo de José Pérez Arias, rechazó el pedido de fijación del vencimiento de la pena de Álvarez González aduciendo que no está apto para “la conformación de un adecuado pronóstico de reinserción social”.
- 22 de junio de 2022: La Cámara de Casación Penal, compuesta por los jueces Horacio Días y Jorge Rimondi, decide rechazar por "inadmisible" el pedido de fijación de pena realizado por la defensa de Álvarez González.
- 1 de febrero de 2023: La abogada particular de Álvarez González pide nuevamente la libertad condicional de su defendido.
- 3 de febrero de 2023: La jueza de Nacional de Ejecución Penal 1, María Jimena Monsalve, ordenó que Álvarez González sea incorporado en un programa de "prelibertad" y solicitó al Servicio Penitenciario Federal (SPF) la elaboración de una serie de informes socioambientales para evaluar si el recluso está en condiciones de ser excarcelado.
La "Masacre de Flores" tuvo lugar a comienzos de 1994, cuando Matías Bagnato tenía 16 años. Vivía con sus papás, José (42) y Alicia (40), y sus dos hermanos, Alejandro (9) y Fernando (14), en una casa de dos pisos ubicada en Baldomero Fernández Moreno al 1906, en el barrio porteño de Flores.
En esos tiempos, Matías junto a su hermano Fernando, le tenían miedo a "El Monstruo", una persona que llamaba todos los días a su casa y solía decirles con la voz distorsionada: "Uhhhh se quemaron todos. Están todos muertos".
Ese mismo hombre, llamado Fructuoso Álvarez González, efectuaba aquellas llamadas para amenazar a José Bagnato, su exsocio, por una supuesta deuda de 180.000 dólares.
Finalmente, la madrugada del 17 de febrero de 1994, Álvarez González terminó cumpliendo con su promesa.
Aquella noche había transcurrido con normalidad para la familia Bagnato. Se había quedado a dormir Nicolás Borda (11), un amigo de Alejandro, y todos juntos vieron un partido de la Copa de Oro que disputaban San Lorenzo e Independiente en Mar del Plata.
Tras el triunfo del "Ciclón" por 2 a 0, con goles de Monserrat y Artime, la familia se fue a dormir.
Matías recordó con emoción el último intercambio que tuvo con sus padres.
"Esa noche no tenía sueño y me puse a escuchar música. Puse un disco de Roxette. Me fui a fumar un cigarrillo al baño y mi mamá me preguntó qué era ese olor. Obviamente ella sabía que yo estaba fumando. Y me acuerdo que agarré el desodorante de ambiente de mi baño y les tiré el desodorante. Ellos estaban acostados en la cama y se rieron los dos. Esa fue la última vez que los vi", expresó.
Según lo determinó la Justicia, a las 3.30 de esa madrugada, Álvarez González irrumpió en el domicilio, roció toda la casa con dos bidones de combustible y la prendió fuego.
Ante tal situación, Matías se despertó empapado de sudor con mucha dificultad para respirar, pero con la poca fuerza que le quedaba abrió la ventana que tenía al lado de su cama y sacó medio cuerpo hacia afuera:
-"¡Matías salí, salí rápido! ¡Se quema todo!", le gritó un vecino que presenciaba la dramática escena.
El hijo mayor de los Bagnato se tapó la boca y salió de su habitación para buscar a sus padres.
"La puerta se abrió con tanta fuerza como si explotara. Una llamarada gigante me prendió fuego el pelo y me tiró al piso. Me desesperé. Empecé a gritar, no quería que vinieran a buscarme a mí, porque estaba bien. Les grité a todos, los nombré uno por uno, una y otra vez. Nunca me respondió nadie, nunca jamás", rememoró Matías.
Como resultado del ataque, sus padres, sus hermanos, y Nicolás, el pequeño amigo de Alejandro, fallecieron.
"Todavía me acuerdo del olor del incendio", señaló Matías, único sobreviviente del siniestro que elige pasar todos los 17 de febrero con sus amigos, quienes lo ayudan a atravesar los malos recuerdos.