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19 de diciembre de 2022

Así festejaron los argentinos en Madrid: "El sentimiento se magnifica, se glorifica"

La mayoría de los argentinos siguió la final en bares, algunos con pantallas gigantes y entradas organizadas, para luego salir a festejar el título obtenido.

Por Romina López La Rosa, especial desde Madrid 18-12-2022 | 22:04

Foto: AFP

Como es tradición en diciembre, la zona del centro de la capital española estaba este domingo llena de madrileños y de turistas que daban un paseo para hacer compras y ver las luces navideñas, pero a medida que se avanzaba por la calle de Alcalá se empezaban a multiplicar las señales: banderas y gorros celestes y blancos, gritos, cantos.

En solidaridad con la emoción ajena, una pequeña orquesta de músicos callejeros tocaba el tango "Por una cabeza", y al llegar a la Puerta del Sol ya no había dudas.

Por unas horas, la mítica plaza del reloj de las campanadas, con las que al final de cada 31 de diciembre los españoles se comen doce uvas como ritual de buena ventura para el año entrante, se había convertido en una parte de Argentina.

La escultura del Oso y el Madroño, símbolo de Madrid, llevaba puesta la bandera albiceleste, y el "Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar" no paraba de sonar a coro.

"Se siente mucho más que si hubiésemos estado en Argentina", contó Florencia Lamarca, con apenas unos meses en España.

Y agregó: "Estamos súper felices, nunca me sentí más argentina. No nos cabe la alegría en el pecho, así que sin palabras. Llanto, alegría, de todo: tremendo el partido. Sufrimos muchísimo pero valió la pena por todo, por Argentina y por Messi".

La mayoría de los argentinos siguió la que podría ser la mejor de las finales del Mundial de fútbol en bares de los alrededores, algunos con pantallas gigantes y entradas organizadas, como un par de discotecas de la zona.

Otros, en cambio, se acercaron al lugar que pudieron y donde encontraron hueco.

Foto: AFP


"Estábamos en un bar y éramos los únicos argentinos, con la camiseta dándolo todo. Después, al llegar acá, es muy fuerte encontrar y abrazar a gente que tiene la camiseta argentina sin saber quién es", relató Gabriela Mesa, que vive hace seis años en España, donde trabaja como administrativa.

Natalia, que lleva ocho años en Madrid, y Guadalupe, que vive en la ciudad de Cáceres desde hace seis pero se vino a la capital "porque sabía que la fiesta era acá", estuvieron en un bar argentino al lado de la Puerta del Sol, donde no había televisor.

"Lo seguimos con el celular y cada vez empezó a venir más y más gente. Es impresionante, porque hay mucha gente de Argentina y es como estar allá", dijo Guadalupe mientras las felicitaba una chica inglesa que acababa de hacerles una foto.

"Nos hablábamos entre nosotros como si fuésemos una familia, como allá. Como pasa en Argentina. Al final es lo que se echa de menos, esta unión", agregó Natalia.

Lara Sigüenza tiene 13 años y es hija de una argentina y un español. Fue a festejar después de ver el partido con la familia y amigos en un ambiente "muy estresante", después del gol del empate. No se esperaba para nada que hubiese tanta gente.

"Me siento orgullosa de Argentina y eufórica. Es un país muy bonito en el que la gente es muy agradable y te sientes querida", confió ante la pregunta por el desenlace del Mundial y el sentirse también argentina.

Samir Masman y Celeste Polo llegaron hace dos años desde Mendoza. Lloraban mientras hablaban por videollamada con la Argentina a un lado del enorme árbol de Navidad que preside la Puerta del Sol en estos días.

Cuando se les preguntó por cómo lo estaban viviendo, respondieron casi a la vez, superponiéndose, completándose las frases el uno al otro. Se los veía sonrientes y emocionados.

"Es triste y feliz. Aún más emocionante, porque tener la familia allá y estar acá es muy emotivo", contaron sobre la experiencia de festejar el triunfo argentino a 10 mil kilómetros del país del que partieron hace dos años.


Foto: AFP


"El sentimiento se magnifica, se glorifica; solo un argentino lo va a entender. Estar en la Madre Patria es grandioso. Yo hace 20 años que estoy aquí, en esta tierra maravillosa, pero mi corazón está con mi gente y vine a celebrarlo acá con mis hijos", contó Alejandra Villaorille Fernández, "de Lanús", según añadió enseguida como señal de identidad, aunque hayan pasado dos décadas desde que abandonó el sur del Gran Buenos Aires.

Nicolás Rodas y Lara Merino Roca, con apenas ocho meses en España y uno en Madrid, coincidieron con la sensación única.

"Desde acá pega de otra forma. Una felicidad increíble, lo buscamos mucho y se dio. Sufrimos hasta el último minuto con la selección, que nos hace sufrir en todos los partidos, pero es increíble", arrancó ella, y él lo resumió en una frase: "La gloria máxima, no hay nada más que esto. Es lo máximo que se puede ganar".

Muchos argentinos residentes en España se acercaron a Madrid a ver la final, entre ellos Verónica Díaz Oro, de Alicante, donde vive, quien decidió hacer una escala antes de completar un vuelo previsto a Argentina, donde pasará las fiestas en familia.

Verónica y los suyos apenas llevan un año fuera, por lo que sintieron "todas las emociones de la migración a flor de piel", explicó.

"Esto está siendo impresionante. Fue muy difícil, todo nos cuesta un montón a los argentinos. Es un país que expulsa a muchos de nosotros y esta vez hemos logrado unirnos a través de la pasión del deporte. Fue muy duro. Fue hermoso, estamos muy emocionados. Y espero que esta alegría la podamos trasladar a otros ámbitos de nuestra vida y nos dure mucho porque nos hace falta", subrayó.

Marcelo Mazara y su esposa también llegaron hace poco desde Mendoza y reconocieron que el desarraigo se sufre. Ellos dejaron a toda la familia allá.

"Pero esto de juntarse diez, mil, cinco mil argentinos acá, no tiene precio. El fútbol nos une y nos desune, pero en este caso nos unió para siempre", sentenció Marcelo.
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