Miércoles 19 de Marzo de 2025

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2 de marzo de 2025

La apertura de sesiones, según pasan los años: parecidos y diferencias entre Milei y otros presidentes

Infobae analizó la extensión y principales anuncio de los mensajes que distintos mandatarios ofrecieron en el inicio de las sesiones legislativas de cada año

>Fueron 72 minutos, parado sobre un atril al estilo norteamericano, en los que Javier Milei se refirió a los logros en su primer año de gobierno en materia económica y desregulatoria, elogió a los integrantes de su Gabinete - presente en el recinto de la Cámara de Diputados- , reiteró su intención de achicar el Estado a su mínima expresión, apuntó contra Axel Kicillof por los recientes episodios de inseguridad, reiteró su intención de avanzar en un acuerdo comercial con Estados Unidos, y le pidió al Congreso su apoyo para ratificar el acuerdo con el FMI y aprobar otras reformas clave.

Como en 2024, rompió la tradición y volvió a dar su discurso parado, con su vicepresidente detrás y la banda presidencial puesta. Sus antecesores siempre hablaron sentados en el estrado, al lado de sus vicepresidentes, y sin la banda presidencial puesta

La hora y 12 minutos del discurso de Milei de anoche estuvieron lejos del récord de Cristina Kirchner en 2013 cuando habló 3 horas 45 minutos frente a los diputados y senadores nacionales. En 2012 y 2015, también superó las tres horas.

Los discursos de Alberto Fernández duraron entre 1 hora y dos horas. El más largo fue el de 2021, que se extendió por 1 hora y 48 minutos; el más breve fue el primero, a pocos días que se declarara la pandemia del coronavirus en el país: 1 hora y 20 minutos.

En el otro extremo, el discurso más corto fue el de Mauricio Macri el 1 de marzo de 2018. Su tercer discurso ante el Congreso, y con un capital político que empezaba a escurrirse de sus manos, se extendió por solo 40 minutos, según el relevamiento hecho por Infobae de la apertura de asamblea legislativas desde 2008 a la fecha. El fundador del PRO siempre fue poco afecto a las largas alocuciones. En las otras tres oportunidades en las que inauguró las sesiones ordinarias, habló apenas unos minutos más que una hora.

Milei ofreció su segundo discurso frente al Congreso en un recinto semi vacío por un boicot de la oposición. De los 329 legisladores que integran ambas cámaras (257 diputados y 72 senadores), la asistencia fue menos del 50% del total. Sin embargo, la transmisión oficial solo mostró a los legisladores del oficialismo y a los militantes libertarios en los palcos.

El bloque mayoritario de Unión por la Patria - que tiene 98 diputados y 34 senadores - había adelantado su ausencia para no prestarse al “show” de Milei. Justificaron el faltazo por la negativa de la Casa Rosada a dar explicaciones sobre el caso $LIBRA, la decisión de no tratar el Presupuesto, el nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema por decreto y la reciente amenaza de intervenir la provincia de Buenos Aires por la inseguridad. En la misma línea, los cinco diputados del Frente de Izquierda también optaron por no escuchar las palabras del Presidente.

Tras la designación de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo por decreto en comisión, el gran interrogante era si Lijo - quien aún no juró como miembro de la Corte - iba a asistir. En el Gobierno lo habían invitado porque consideran que “ya es un integrante de la Corte”, al menos hasta el fin del actual período legislativo. Pero el titular del Juzgado federal Nro 4 en uso de licencia no concurrió. Sí estuvieron Horacio Rosatti, presidente del Máximo Tribunal, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y García Mansilla, quien juró el jueves al mediodía.

En la Asamblea Legislativa del año pasado, habían estado la totalidad de la Corte con su composición anterior: además de Rosatti y Rosenkrantz y Lorenzetti, asistió Juan Carlos Maqueda, quien se jubiló a finales de diciembre del 2024 ya que el Gobierno no buscó renovarle el acuerdo en el Senado por otros cinco años.

En ese momento, los integrantes del sector de la UCR Evolución Radical, encabezados por el senador Martín Lousteau - que hoy estuvo ausente -, se levantaron de sus bancas. También se levantó Fernando Iglesias, del PRO, que le había dado la espalda en su banca a Fernández todo el tiempo. Los diputados del PRO, en cambio, no se retiraron del recinto como lo habían hecho en la asamblea de 2022, luego de que Fernández pidiera a la justicia investigar a Mauricio Macri. Ese año, sí habían estado los cuatro supremos en las butacas asignadas para invitados especiales a la derecha del estrado donde se ubica el Presidente.

Ese 1 de marzo de 2022, Fernández reconoció que la inflación era “el gran problema de los argentinos” y la “principal preocupación del Gobierno”, y denunció “complicidad judicial con el poder económico”. También, anunció ante los legisladores que, en los próximos días, llegaría al Congreso el acuerdo con el FMI.

El foco en la Justicia también estuvo presente en la primera apertura de sesiones de Fernández, ante la Asamblea Legislativa por parte de Fernández, en 2020. El anuncio de mayor impacto fue el anuncio de que enviaría el proyecto de legalización del aborto, que finalmente se aprobó a finales de ese año. Fernández, también, dijo que pensaba reformar la Justicia, con la creación de un nuevo fuero Federal Penal, que unificaría a fueros penales que hoy tienen jurisdicción en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ese anuncio, como tantos otros, nunca avanzó.

En su último discurso de apertura de sesiones, en 2019, y luego de haberse referido en sus mensajes de años anteriores a la lucha contra la pobreza como principal objetivo, Macri admitió que había vuelto “a los niveles de antes”. En una asamblea caracterizada por el desorden y el griterío desde la bancada kirchnerista, el fundador del PRO tuvo que levantar la voz varias veces para hacerse oír. “Los gritos, los insultos, no hablan de mí, hablan de ustedes, señores. Yo estoy acá por el voto de la gente. ¡Yo estoy acá por el voto de la gente, señores!, reclamó saliéndose del discurso escrito.

En su primer mensaje para inaugurar sesiones ordinarias, el 1 de marzo de 2016, Macri criticó la herencia kirchnerista y trazó un duro diagnóstico económico, y criticó la alta inflación recibida. También alentó al Congreso a discutir “cuanto antes” una nueva ley de Ganancias, con escalas actualizadas, pero sin promover un proyecto propio. Finalmente, este tema no prosperó en el Congreso durante su mandato. A diferencia de asambleas legislativas del kirchnerismo, esa apertura de sesiones tuvo un tono sobrio, sin banderas ni cotillón partidario, y sin la presencia de militantes en los palcos.

En 2014, la ex mandataria realizó una convocatoria para la unidad nacional y envió un mensaje a los empresarios nacionales y a “aquellos que han intentado en estos años torcer el rumbo, inexplicablemente”. Convocó a los partidos políticos a esta tarea, y rescatar la idea de una “concertación” social. El radicalismo había amenazado con retirarse si la militancia kirchnerista se excedía en sus cánticos y agresiones. La Cámpora, con ironía, sobre el final del discurso arrojó pétalos de flores sobre la oposición.

En 2012, la ex presidenta anunció que buscará reformular los convenios para que fueran tres los vuelos semanales a las Malvinas y que sean cubiertos por Aerolíneas Argentinas. Dijo que tomaría medidas para asegurar el abastecimiento de combustible de los argentinos, y anticipó el envío al Parlamento de los nuevos códigos civil y comercial, además de una nueva carta orgánica del Banco Central. Además, homenajeó al ex juez español Baltasar Garzón, presente en el acto.

En 2010, Cristina Fernández anunció la derogación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 2010 que creaba el Fondo del Bicentenario para pagar deuda externa por $6.569 millones con reservas del Banco Central. Pero, a renglón seguido, adelantó que firmaba un decreto simple para pagar USD 2372 millones a los organismos de crédito internacionales y un DNU que utilizaría USD 4187 millones más de las reservas para cancelar vencimientos de este año con la supervisión de una comisión bicameral parlamentaria. La oposición acordó convocar una sesión esa semana para declarar la nulidad. En su discurso, la Presidenta había criticado a la oposición por “judicializar las decisiones políticas”.

En su primer mensaje como presidenta, 2008, Cristina Kirchner señaló que el país estaba ante “la oportunidad histórica” de que “este ciclo de crecimiento inédito de cinco años se transforme en uno de 10 o 20 años”, que permitiría “alcanzar las metas de la erradicación de la indigencia y la desocupación”.

La apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso marca el inicio del período legislativo de cada año y está a cargo del jefe de Estado. En su discurso, el Presidente detalla el estado general de la nación y expone las principales prioridades, objetivos y políticas del gobierno para el nuevo período.

Con 12 aperturas, Julio Argentino Roca fue el mandatario que más veces abrió las sesiones ordinarias del Congreso. Le sigue Juan Domingo Perón, con 11 intervenciones frente al pleno del Congreso.

Manuel Quintana y Héctor Cámpora forman parte de un grupo singular de mandatarios en la historia presidencial argentina, ya que ambos pronunciaron solo una vez el discurso de apertura de sesiones ordinarias durante sus respectivas administraciones.

El primero después de la última dictadura militar lo protagonizó Raúl Alfonsín, el 1º de mayo de 1984, a seis meses de haber asumido como presidente de la Nación. A lo largo de 50 minutos, el mandatario radical compartió su análisis respecto a las condiciones en las que recibió el Estado de manos de los militares Describió la situación como una “arrasada institucionalidad” y una “devastada economía”. Alfonsín centró su mensaje en la importancia de la reconciliación y el restablecimiento de la verdad como pilares fundamentales para superar las divisiones en la nación.

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