Miercoles
19 de Marzo de 2025
2 de marzo de 2025
Al calor de “Un completo desconocido”, la figura del rockstar y premio Nobel de literatura más enigmático de la historia revive al ojo público. Mientras él, a sus 83 años, está por salir de gira una vez más
Hecha la introducción del estado de las cosas en el Planeta Dylan, cabe volver a preguntarse: ¿Quién es Bob Dylan? Al respecto, el título de la película que miles de personas que no han oído hablar de él en su vida van a ver al cine, atraídas por el carisma y la carita del joven actor francoestadunidense que puede ganarse un Óscar haciendo de él, resulta ilustrativo. Un completo desconocido (una frase extraída de “Like a Rolling Stone”, una de sus más grandes canciones y una de las más grandes de la historia del rock: How does it feel, how does it feel?/ To be on your own, with no direction home/ Like a complete unknown, like a rolling stone).
“Sin rumbo a casa, como un completo desconocido”. Buena definición o algo parecido, sobre todo para quien ha desafiado cualquier intento de definición. Este ícono del siglo XX, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, es una leyenda del rock y la cultura occidental, aunque su verdadera esencia sigue envuelta en el misterio. Convertido, a su pesar, en “la voz de una generación” durante los convulsos años 60, Dylan ha recorrido un camino artístico sinuoso, marcado por reinvenciones musicales, transformaciones espirituales y un permanente hermetismo sobre su vida pública y privada.Nacido como Robert Allen Zimmerman el 24 de mayo de 1941, su legado es tan vasto como la influencia que ha dejado en generaciones de músicos y poetas. La Academia Sueca, al otorgarle el Nobel en 2016, justificó su decisión al reconocer que Dylan posee el estatus de un ícono: “Su influencia en la cultura contemporánea es profunda y es objeto de un flujo constante de análisis literario y musical”. Tan canónico como esquivo, tan influyente como inasible, su figura permanece indescifrable, consolidando su leyenda.El 6 de septiembre de 1961, un joven Bob Dylan, con apenas 20 años, subió al escenario del Gaslight Café en Greenwich Village (downtown de Manhattan, Nueva York) para interpretar un set de seis canciones ante una audiencia reducida. Por entonces, era un nombre emergente en la escena folk neoyorquina, aún sin contrato discográfico. La actuación fue grabada en cinta de carrete por su representante en ese momento, Terri Thal, quien buscaba conseguirle oportunidades en clubes fuera de la ciudad. Más de seis décadas después, esa grabación inédita ha sido puesta a la venta por la casa de subastas RR Auction, que la describe como “la primera grabación demo de Bob Dylan”.
La cinta incluye versiones tempranas de “Talkin’ Bear Mountain Picnic Massacre Blues”, “He Was a Friend of Mine” y “Song to Woody”, un homenaje a Woody Guthrie, su mayor influencia en aquel momento. Además, posteriormente se le agregó una grabación embrionaria de “Mr. Tambourine Man”, con Dylan acompañado por un piano. Para Mark Davidson, director del Bob Dylan Center en Tulsa, esta grabación es crucial porque documenta una transición, aún influenciada por Guthrie y sin haber consolidado su estilo propio. De manera similar, el profesor Richard F. Thomas, autor de Why Bob Dylan Matters (Por qué importa Bob Dylan), la considera un testimonio de un “joven genio comprometido con su arte”, pero que aún estaba en la búsqueda de su identidad.Bob Dylan describe al Gaslight Café en sus inspiradas memorias Chronicles: Volume One (2004) como un espacio de artistas bohemios, donde los músicos se reunían en un cuarto del piso superior para jugar al póker entre presentaciones. Aquel club en un sótano de la calle MacDougal no solo le ofreció uno de sus primeros escenarios pagados, sino que también fue crucial en su desarrollo artístico. “Nunca volvería a ver las casas de colecta”, escribió Dylan, en referencia a los locales donde los músicos dependían de las donaciones del público.
Aunque versiones no autorizadas del concierto en el Gaslight han circulado en el pasado, esta grabación representa el primer intento profesional de consolidar una carrera artística. Terri Thal recuerda haber usado la cinta para promover al joven músico en clubes de Boston, Filadelfia y Springfield, Massachusetts, aunque sin mucho éxito en ese momento. “El hombre en Springfield se rió de mí”, relata, mientras que otro promotor lo desestimó por considerarlo un simple “imitador de Jack Elliott”. De más está decir que la historia demostró lo contrario.