Lunes
17 de Marzo de 2025
16 de marzo de 2025
El corte del suministro eléctrico comenzó el viernes por la noche y se mantuvo durante el sábado. “No hay ni una gota de agua y la comida está empezando a echarse a perder”, manifestó una mujer sobre el calvario que están atravesando
Mientras tanto, los cubanos hacían todo lo posible por llevarse bien.
“Uno se acostumbra a las condiciones”, dijo a la agencia AFP. “Es como los animales que viven en el desierto: tienen que adaptarse a vivir sin agua”.
“Solo tenemos que adaptarnos y esperar al gobierno... para resolver el problema”.Adela Alba, de 37 años, es propietaria del establecimiento, que también funciona como tienda de abarrotes.Su generador le permite “mantener un mínimo de servicio, porque tenemos que pagar el alquiler y los impuestos a pesar de la situación”, agregó.
Ariel Mas Castellanos, funcionario de la compañía eléctrica en La Habana, dijo a medios locales que el equipo que falló “ha estado en servicio durante muchos años y está envejeciendo”.
Las autoridades dijeron el sábado que los circuitos paralelos estaban ayudando a proporcionar energía a sectores prioritarios como hospitales y algunos vecindarios.Silvia Torres, de 64 años, residente en la provincia de Las Tunas, en el este de Cuba, se encuentra en una zona beneficiada por los circuitos paralelos.
“Gracias a Dios, nos despertamos con luz... una bendición porque sé que muchas provincias siguen a oscuras”, dijo a la AFP por teléfono.“Sin ascensor, sin agua, es horrible. Me siento acorralado, muy molesto”, dijo Rubén Borroto, de 69 años, quien tiene que subir siete pisos hasta su apartamento en la capital.
“Incluso si no quieres, esta situación te molesta”, dijo Daymi Echenique, de 26 años, y agregó que no ha tenido ni un segundo de luz.“No hay ni una gota de agua y la comida está empezando a echarse a perder”, dijo.En febrero, las autoridades suspendieron toda actividad en la isla durante dos días para evitar un apagón generalizado.
“Que Dios nos ayude, este país va de mal en peor”, dijo el sábado Xiomara Castellanos, de 82 años, residente en La Habana.
Las barcazas eléctricas turcas flotantes y una serie de generadores apuntalan el sistema eléctrico nacional, pero el embargo estadounidense vigente desde 1962 dificulta la importación de combustible.
(con información de AFP)