Sabado
12 de Abril de 2025
24 de marzo de 2025
Los ex presidentes apelan a recetas y dirigentes que sirvieron en sus años de apogeo. Los retadores que aparecieron en el PJ y el PRO que comprometen sus liderazgos
En sus términos, repitieron las mismas coreografías que fueron eficaces en la década que terminó hace cinco años.
Como enseñó el decano de los analistas políticos, el experimentado Rosendo Fraga, el líder político puede cambiar de ideas, de plan económico y hasta de religión, pero no de temperamento. Es una máxima que Cristina y Macri parecen dispuestos a confirmar con sus últimos movimientos. En el caso de CFK, aprovechó el acto en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA para bajar la línea ante un peronismo desmembrado. Comparó la prohibición que le impuso el gobierno de Donald Trump -por inspiración del poderoso secretario de Estado, Marco Rubio- para ingresar a EE.UU. con la pelea de Juan Domingo Perón con el embajador Spruille Braden, hace 80 años. Desde esa autoridad, rigoreó a diputados y senadores que juegan alineados con la Casa Rosada. “Dan pena”, se lamentó, por el cheque en blanco que le otorgaron a Milei para cerrar un acuerdo con el FMI.“Si los diputados peronistas de la provincia de Catamarca, si los diputados peronistas de Tucumán, si los diputados peronistas que fueron con Sergio Massa en la boleta en Misiones, si los diputados peronistas de Salta hubieran votado junto al peronismo y a las otras fuerzas políticas, este cheque en blanco no existiría”, dijo.
Se ensañó especialmente con el gobernador Raúl Jalil, a quien le achacó haber recibido, después de votar favorablemente el acuerdo con el FMI, el traspaso de una mina de rodocrosita. “¿Cómo le pagó Carlos Menem a Néstor Kirchner el apoyo a la privatización de YPF? ¿De dónde salieron los famosos fondos de Santa Cruz?“, retrucó un peronista memorioso.Apuntó así contra la rebelión de los senadores Fernando Salino (San Luis), Carolina Moisés (Jujuy), Guillermo Andrada (Catamarca) y Fernando Rejal (La Rioja), que lanzaron el interbloque >Con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, Cristina tienen una pelea abierta por su decisión de soltar amarras y lanzar el proyecto presidencial 2027. Con el riojano Ricardo Quintela nunca se recompuso el vínculo, con el tucumano Osvaldo Jaldo las embestidas son cotidianas. El santiagueño Gerardo Zamora está más atento a sus prioridades que a las ajenas, igual que el pampeano Sergio Ziliotto y el fueguino Gustavo Melella, que hacen política fronteras adentro.
En las últimas horas, trascendió una reunión secreta de Máximo Kirchner con Kicillof para aproximarse a un acuerdo. “No sabemos nada”, dijeron en ambas orillas, ante la consulta de Infobae. Pero no la negaron. El desafío es defender el pago chico de disidencias, traiciones y el huracán Milei.
En el caso del ex presidente, las cosas no están muy distintas. Enfrenta las consecuencias de la implosión de Juntos por el Cambio, la coalición política que lo llevó en 2015 a la Presidencia de la Nación. Si para Cristina Kirchner el teatro de operaciones es la provincia de Buenos Aires, para Mauricio Macri el territorio donde libra su batalla final es el porteño. Allí se registran los desgajamientos más dramáticos, que quedarán expuestos en las listas que se presentarán en las elecciones anticipadas al 18 de mayo.Pero el ex presidente y su primo, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, deberán competir con los libertarios, que están dispuestos a conquistar no solo el electorado, sino la casa matriz del partido amarillo. Es la colina más apetecida porque, de quedar relegado, en la Casa Rosada creen que podrán imponer condiciones para el armado de las listas nacionales de octubre próximo.
El líder del PRO tiene que lidiar con un escenario inédito por la fragmentación: con su 25% pétreo que tiene el kirchnerismo en la ciudad de Buenos Aires es posible que le alcance para ganar la elección. Es un resultado que no sería nada malo para los libertarios, si quedaran por encima del partido amarillo.A esos desgajamientos hay que sumarle que el senador nacional Martín Lousteau competirá con el Frente Evolución, integrado por la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el GEN e independientes. Y también la Coalición Cívica de Elisa Carrió, que presentará a Paula Olivetto.
En las últimas elecciones de medio término, las del año 2021, Juntos por el Cambio obtuvo 46,2% -que tenía a Macri, Bullrich, Larreta, Lousteau y Carrió- mientras que el kirchnerismo había quedado segundo con el 25,1%, La Libertad Avanza tercero, con 16,5%, y la izquierda del FITU un 7,8%.