Viernes
31 de Enero de 2025
30 de enero de 2025
El Poder Ejecutivo deberá compensar esa caída en los ingresos para poder terminar el 2025 con equilibrio en las cuentas públicas, según un informe privado. Cuál es el costo fiscal de la baja de retenciones
Esa consultora mencionó que por ciertos ingresos con los que el fisco este año no podrá contar, que denominó “déficit inercial”, el Gobierno requerirá de medidas para compensar esa pérdida. Ese punto de partida fiscal de este año estaría marcado por recaudación que no habrá en 2025 como el impuesto PAIS, que se extinguió a fines de 2024, y medidas incluidas en el paquete fiscal como el blanqueo, la moratoria y el anticipo de Bienes Personales. Por esa vía suman 1,5% del PBI, y habrá otro 0,3% explicó por gastos con aumentos automáticos como jublaciones y Asignación Universal por Hijo.
De todas formas, la consultora mencionó una serie de desafíos en el plano fiscal, que fue el más sólido para el Gobierno desde que comenzó el mandato libertario. El margen fiscal conseguido durante los primeros trece meses de administración de Javier Milei dieron espacio para una medida como la baja temporal de retenciones, que de todas formas también incluye una perspectiva de necesidad de ingreso de dólares de la exportación más acelerado.
En segundo lugar apuntó al “impacto de los intereses devengados pero no pagados”. “En 2024 la capitalización sumó 2 puntos adicionales a la cuenta de intereses, convirtiendo el anunciado superávit caja de 0,3% puntos en un déficit financiero de 1,7%”, planteó, en referencia a las Letras Capitalizables del Tesoro (Lecap), cuyo costo de intereses no computa en la contabilidad financiera según el método de la Secretaría de Hacienda.
“Para el 2025 el gobierno proyecta una cuenta de intereses caja aún más baja (1,3% del PIB en 2025, mínimo de los últimos 40 años) por el mayor uso de instrumentos sin cupones (principalmente títulos con intereses capitalizables). Pero más allá de la exposición contable, será necesario más superávit primario para evitar que la deuda pública siga en ascenso”, dijo Empiria.En tanto, LCG planteó que si bien prevé que el 2025 pueda terminar con el superávit de 1,3% del PBI requerido para el equilibrio financiero, también considera que habrá desafíos en este sentido. “Por lo pronto, impactará la eliminación del Impuesto PAIS (1,3% PBI) y la reducción de Bienes Personales (por la baja de alícuotas y los montos ingresados previamente vía el REIBP), además de la reciente baja de retenciones ofrecida al campo (estimamos que sólo por su vigencia hasta junio tendrá un costo fiscal equivalente a 0,13% del PBI)”, sumó.
“En la lógica del Gobierno este avance en la prometida baja de impuestos implicará una nueva ola de recortes en el gasto”, anticipó LCG, y mencionaron que tras un 2024 marcado por podas en gasto previsional, obra pública y transferencias a provincias), habría espacio para ajuste de “gastos operativos, que seguramente concentran todavía nichos de ineficiencia cuya corrección no terminó de madurar este año” y en subsidios que “siguen representando 10% del gasto primario (1,5% del PBI)”.“Vemos grandes posibilidades que (la baja temporal de retenciones) esté orientada hacia la liquidación de stocks retenidos, y consecuentemente a partir de ello construimos nuestra estimación de impacto fiscal en torno a los USD 1.004 millones”, aseguró por su parte Romano Group.