Domingo
22 de Junio de 2025
22 de junio de 2025
Bruselas convocó una reunión urgente de cancilleres, mientras distintas vocerías en todo el mundo alertaron sobre el riesgo de una guerra regional
El ataque estadounidense marcó una nueva etapa en el conflicto. Bombarderos B-2 lanzaron municiones antibúnker sobre la planta subterránea de Fordow, mientras submarinos dispararon una treintena de misiles Tomahawk contra los sitios de Natanz e Isfahán. Según el Pentágono, el objetivo fue desmantelar la infraestructura nuclear de la República Islámica.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) indicó que, hasta el momento, no se han registrado aumentos de radiación fuera de los sitios afectados. Sin embargo, el organismo advirtió previamente sobre la falta de transparencia por parte de Teherán, aunque no ha encontrado pruebas concluyentes de un programa nuclear con fines militares.La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, convocó de urgencia para este lunes a los ministros de Exteriores de los 27 países del bloque. “Insto a todas las partes a dar un paso atrás y abstenerse de agravar aún más la situación”, escribió en X. Advirtió que el desarrollo de un arma nuclear por parte de Irán “sería una amenaza para la seguridad internacional”.El primer ministro británico, Keir Starmer, respaldó la operación de Estados Unidos, al afirmar que busca “paliar la amenaza” del desarrollo nuclear iraní. “Irán no puede ser autorizado a construir un arma nuclear”, señaló, aunque también instó a la desescalada y a una solución diplomática.
Desde España, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declaró que “la solución militar no traerá la paz” y reclamó el retorno a las negociaciones. “Llamamos a todas las partes a la desescalada”, sostuvo en declaraciones a TVE.Arabia Saudita, por su parte, expresó su “gran preocupación” por el ataque estadounidense a instalaciones iraníes, mientras que Omán, mediador habitual entre Teherán y Washington, pidió “una desescalada inmediata”. El gobierno iraquí también condenó los bombardeos y advirtió que “las soluciones militares no pueden sustituir al diálogo”.
La ofensiva estadounidense se produjo mientras Irán y EEUU mantenían contactos indirectos sobre el futuro de su programa nuclear, bajo sospechas de que Teherán podría estar avanzando hacia el desarrollo de un arma atómica, algo que el régimen iraní ha negado reiteradamente.