Lunes
10 de Febrero de 2025
31 de enero de 2025
Un inesperado y helado verano llevó a la escritora a concebir su obra maestra en la Villa Diodati, uniendo literatura y ética
Esta obra no solo inauguró un género literario, sino que también se convirtió en un símbolo de la lucha del ser humano por dominar los secretos de la naturaleza.
La creación de “Frankenstein” no puede entenderse sin el contexto personal y social que rodeaba a Mary Shelley. Nacida en 1797, su vida estuvo marcada por la pérdida desde el principio: su madre, la filósofa feminista Mary Wollstonecraft, murió poco después de darla a luz.A los 16 años, Mary inició una relación con Percy Shelley, un poeta casado, lo que provocó un escándalo social. La pareja se fugó a Europa junto con Claire Clairmont, pero enfrentaron dificultades económicas y el rechazo de sus familias. Durante este periodo, Mary sufrió la muerte de su primera hija, un evento que la sumió en una profunda depresión y que influyó en su obsesión con la vida y la muerte, temas centrales en su obra.Publicada por primera vez en 1818, “Frankenstein” fue un éxito inmediato, aunque apareció de forma anónima debido a los prejuicios de la época contra las mujeres escritoras. Según Enciclopedia Britannica, la obra no solo es un ejemplo de literatura gótica, sino que también sentó las bases de la ciencia ficción al explorar las implicaciones éticas y sociales de los avances científicos.
El subtítulo de la novela, “El moderno Prometeo”, alude al mito griego del titán que desafió a los dioses al entregar el fuego a la humanidad, estableciendo un paralelismo con el científico Victor Frankenstein, quien crea vida a partir de cadáveres humanos.El escritor e investigador la Universidad de Lima, José Güich Rodríguez, destacó que la novela refleja el espíritu de una época marcada por la Ilustración y los avances científicos, como el descubrimiento de la electricidad y el magnetismo. Shelley anticipó los dilemas éticos que surgirían con el desarrollo de la tecnología, un tema que sigue siendo relevante en la actualidad.Uno de los aspectos más revolucionarios de la novela es la complejidad de la criatura creada por Victor Frankenstein. Lejos de ser un simple monstruo, el ser es un personaje atormentado por su soledad y el rechazo de su creador y de la sociedad. Este conflicto entre el creador y su creación fue interpretado como una metáfora de la responsabilidad humana frente a los avances científicos y tecnológicos.
A pesar de las adversidades que enfrentó a lo largo de su vida, Mary Shelley dejó un legado imborrable en la literatura. Tras la muerte de su esposo en 1822, Mary regresó a Inglaterra y se dedicó a escribir y editar las obras de Percy Shelley, aunque su situación económica era precaria. Falleció en 1851, dejando como herencia una obra que sigue siendo objeto de estudio y reinterpretación.
Además, la influencia de “Frankenstein” trasciende la literatura. La novela inspiró debates sobre temas como la clonación, la inteligencia artificial y los límites éticos de la ciencia. En palabras de Mary Shelley, la historia de Victor Frankenstein y su criatura es un recordatorio de las consecuencias de desafiar las leyes de la naturaleza y de la responsabilidad que conlleva el conocimiento.A más de 200 años de su publicación, “Frankenstein” sigue siendo una obra fundamental que combina elementos de terror gótico con una profunda reflexión sobre la ciencia y la humanidad.La historia de Mary Shelley y su criatura continúa fascinando a lectores y estudiosos, demostrando que los monstruos que una persona puede llegar a crear, ya sean literarios o tecnológicos, siempre tendrán algo que decir sobre la esencia de esa persona.